A continuación se presentan los elementos arquitectónicos más característicos de la cultura maya:
- Pirámide maya:
Las pirámides mayas responden a distintas exigencias algunas
tenían como función principal soportar un templo; constituyen entonces un
monumental zócalo sobre el cual se alza el “sanctasanctórum”, el lugar del
culto consagrado a las divinidades.
Hay una formidable escalera que permite a los sacerdotes
ascender a lo más alto y comunicarse con los dioses del cosmos. En cambio, en
la base se encuentran a menudo tumbas horadadas dentro de la estructura de la
construcción que correspondían a algún soberano divinizado. Esta función,
definitivamente reconocida tras el descubrimiento de la famosa cripta del
Templo de las Inscripciones de Palenque en 1952, que contenía el sarcófago de
Pacal, confiere al edificio maya su doble significado, funerario y religioso,
que se conjugaban en el poder personal y absolutista de los soberanos.
- Arco falso:

El arquitecto mexicano Alejandro Villalobos definió así el arco falso maya: en el llamado arco falso «la estabilidad del sistema está garantizada en términos de la discontinuidad de sus segmentos: la presencia de dos centroides de gravedad y el desplazamiento horizontal de su intersección con el plano vertical de sus apoyos induce un abatimiento entre ambos, al grado que en caso de colapso, se compromete tan solo un segmeno y no la totalidad de la cubierta, como tampoco los elementos sustentantes»
- Sacbé: Sacbé es un camino recto, pavimentado y elevado, sin desniveles. Este tipo de caminos elevados eran pavimentados con estuco blanco o cal y tenían entre 4 y 20 m de ancho y hasta 300 km de largo. Generalmente conectaban plazas y templos o grupos estructurales dentro de las ciudades mayas, pero otros conectaban las ciudades entre sí. Probablemente el sacbé más conocido es el de Chichén-Itzá que conecta el grupo principal del Castillo con el Cenote Sagrado.
- Crestería: Uno de los elementos de la arquitectura maya fue la crestería que coronaba determinados edificios de la élite, como los situados en la cima de las pirámides o en la cima de los palacios que presentaban un símbolo de poder.La crestería solía componerse de dos muros de mampostería perforados y apoyados uno sobre el otro que servían como soporte para relieves o estatuas, principalmente de dioses y gobernantes.
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